La caída de Bagnaia y el problema técnico de Aleix Espargaró aumentan la ventaja de Quartararo con todavía 100 puntos en juego
Si había algún guion previsible sobre la mesa en los momentos previos a ver apagarse el semáforo del Gran Premio Motul de Japón disputado en el Mobility Resort Motegi, la realidad del imprevisible y emocionante mundo de MotoGP™ volvió a ejercer su magia desde bien temprano y cambió todos los planes.
Con todos los pilotos en ‘modo concentración’ y los motores en marcha para disputar la Warm Up Lap, fue Aleix Espargaró (Aprilia Racing) quien hizo subir las pulsaciones al encontrarse con un problema electrónico fruto de un error humano. Aprilia se dejó el mapa electrónico de ahorro de combustible activado en la primera moto, lo que le obligó al piloto de Granollers a cambiar de máquina y reincorporarse a la carrera desde el ‘pitlane’, con lo que ello conlleva: situarse último.
Con una ardua remontada por delante y sin la elección de neumático ideal para él al verse obligado a realizar ese cambio de última hora -partió con la goma blanda trasera en su segunda unidad-, el español se centraría en ir escalando posiciones, mientras Fabio Quartararo (Monster Energy Yamaha MotoGP™) y Francesco Bagnaia (Ducati Lenovo Team) se veían algo atrapados en las últimas plazas del Top 10. Pese a rodar por detrás, esta situación no era del todo desfavorable para el italiano, que después de recuperar mucho terreno durante el GP de Aragón debido al cero del francés, lo tenía a tiro en la general. Un total de 81 puntos recortados en 5 carreras. En Motegi, en cambio, la dinámica se invertiría.
Con el paso de las vueltas, una nueva e intensa batalla con Enea Bastianini (Gresini Racing MotoGP™) a sus espaldas y después de protagonizar varios altibajos en términos de ritmo, Bagnaia logró situarse a la estela de Quartararo. Tan cerca que en un intento de sobrepasar a su máximo rival, se fue al suelo a falta de una vuelta. Un auténtico jarro de agua fría para el ’63’, que se aplaudía de forma irónica mientras caminaba cabizbajo por la grava, pues era consciente de lo que ese error suponía con tan solo 4 rondas por delante.
Ahora, con Quartararo sacando el máximo partido de lo que parecía una poco productiva octava posición, el francés (219 puntos) coge algo de oxígeno al ampliar hasta 18 puntos la distancia al frente de la general sobre Bagnaia (201), mientras que Aleix Espargaró (194), que terminó 16º a más de seis segundos de los puntos, se encuentra a 25, justo una carrera de distancia.
A pesar de firmar un resultado algo más discreto a lo que nos había acostumbrado en las últimas dos carreras en Misano y MotorLand, donde acumuló 45 puntos, Bastianini (170) se acerca sigilosamente hacia su compañero de fábrica y Aleix en la clasificación, al quedarse a 31 y 24 puntos de ambos, respectivamente. Por el contrario, su resultado final no le permite reducir la brecha con Quartararo al finalizar 9º tras la estela del francés y cederle un punto, quedándose a 49. Menos opciones tiene el ganador en Motegi, Jack Miller (Ducati Lenovo Team) -159-, a 60 puntos de la cabeza. Con opciones totalmente remotas -pero matemáticas- restan Binder (148) y la dupla del Prima Pramac Racing, formada por Johann Zarco (138) y Jorge Martín (120). Por delante quedan 4 finales, con 100 puntos en juego y 4 candidatos ‘reales’ a la gloria. La próxima ronda tendrá lugar en tan solo unos días en Tailandia. ¿Viviremos un nuevo giro de guión en la lucha por la corona de 2022? ¡No te lo pierdas!