Losail fue territorio Ducati los últimos años, pero repetir el triunfo de 2017 hace que Viñales se lleve la gloria en el inicio del Mundial
“Estamos de vuelta”. Esas fueron las palabras de Maverick Viñales (Monster Energy Yamaha MotoGP) justo después de protagonizar la que, posiblemente, sea su mejor actuación en la categoría reina hasta la fecha para conseguir una reconfortante victoria en el Gran Premio Barwa de Qatar de 2021. Y no parece equivocarse.
El Circuito Internacional de Losail tan solo había visto ganar a un fabricante desde 2018. Se trataba, por supuesto, de Ducati. De cara a la carrera inaugural de 2021, el fabricante italiano, de la mano de Francesco Bagnaia (Ducati Lenovo Team), su compañero de equipo, Jack Miller, y Johann Zarco (Pramac Racing), eran los favoritos para prolongar esa dinámica. Lo que muy pocos esperaban era una victoria de Viñales. No porque no fuera capaz, sino porque la velocidad punta de Ducati y la ventaja en la salida parecían demasiado para las Yamaha, especialmente después de lo que vimos en 2020. Sin embargó, quedó probado que muchos estaban equivocados.
Cuando se apagaron las luces, las poderosas GP21 de Ducati entraron en la curva 1 formando un desafiante póquer. Viñales y su compañero de equipo, Fabio Quartararo, no pudieron hacer nada desde la primera fila, ya que Bagnaia, Miller, Zarco e incluso Jorge Martín (Pramac Racing), que salía 14º en la parrilla, se lanzaron de cabeza a la primera curva copando las 4 primeras posiciones. Fue realmente impactante presenciarlo. Pero lo que ocurrió a continuación demostró que Yamaha y Viñales han dado un giro de 180 grados a la dinámica de los últimos tiempos.
En el primer sector, Viñales era 9º. A partir de ahí, en el pasado habrían comenzado los problemas para Yamaha, ya que luchar en un grupo con diferentes máquinas era algo que había supuesto un gran punto débil en las últimas dos temporadas, especialmente la anterior. Por eso, el hecho de que Viñales se deshiciera de todos los pilotos que le precedían, sin pasar excesivos apuros, y que ganara la carrera de forma contundente, fue simplemente impresionante.
El particular sello de Yamaha y las victorias que hemos visto de Viñales en los últimos años han consistido en salir en cabeza desde el principio y correr su propia carrera. Malasia 2019 es el mejor ejemplo. Ha sido el estilo propio durante años de la fábrica de Iwata, y muchas veces ha funcionado. Pero después de la temporada pasada, especialmente, algo tenía que cambiar. Y tras lo visto en Losail, parece que así ha sido.
Tanto Viñales como Yamaha parecen armas mejoradas en 2021, y lo que también resultó reconfortante fue ver al español hablar con tanto orgullo en la rueda de prensa posterior a la carrera sobre lo feliz que resulta su vida en casa. Ahora es marido y futuro padre. Un Maverick con menor estrés y una vida personal completamente apuntalada es, obviamente, un piloto muy, muy rápido.
Puede que tan solo haya sido la primera cita de la temporada, pero hemos aprendido mucho del estreno de Qatar. Cuando Viñales dice “estamos de vuelta”, parece que lo diga en serio. No va de farol. El de Roses ganó una carrera la temporada pasada (GP de la Emilia-Romaña), pero fue un año muy decepcionante tanto para él como para Yamaha en general. Sí, ganaron 7 de las 14 carreras, pero los desafíos de Viñales y Quartararo por el título se esfumaron debido a una alarmante inconsistencia. El hecho de mostrar en Losail un rendimiento tan opuesto a lo que hemos visto de Viñales y Yamaha en los últimos años parece una señal inequívoca de que dicha combinación ha resurgido para tratar de quedarse en la cima del Campeonato en el futuro.
Desde que ganó su primera carrera con Yamaha en Qatar en el inicio de la temporada 2017, es justo decir que la aventura de Viñales con la marca de los diapasones no ha sido, precisamente, un camino de rosas. Tres victorias en las 5 primeras carreras supusieron un comienzo de ensueño como piloto de Yamaha, pero 5 victorias -incluyendo el último triunfo- desde Le Mans 2017 no han sido el botín acumulado que él mismo esperaba. Sin embargo, esto podría ser el comienzo de algo muy ilusionante.
Hay que decir que la Yamaha siempre ha estado a la altura en el desierto catarí: Viñales, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo ya ganaron en Losail. Pero eso no debe restar importancia a lo que presenciamos este último domingo bajo los focos de la pista del desierto. Cabe remarcarlo: lo más impresionante no fue la victoria, sino el estilo de la misma.
Por supuesto, las cosas pueden cambiar muy rápidamente en MotoGP™. No hay duda de que todos los pilotos serán más fuertes en el Circuito Internacional de Losail el próximo fin de semana para afrontar el Gran Premio TISSOT de Doha, pero Viñales ha reavivado viejas sensaciones con su YZR-M1. Ganar de esta manera es una advertencia para el resto de la parrilla, aunque solo llevamos una carrera de la nueva temporada. Todo puede cambiar en los próximos meses. Sin embargo, Viñales ha regresado a la acción con toda una exhibición. ¿Seguirá en ese estado de forma? El tiempo lo dirá.